Hoy en el camino a la oficina, mientras trataba de establecer una llamada por celular (con muy poca fortuna), caí en cuenta de que en el Perú no existe una Ley Antimonopólica.
Existe una ley de "Abuso de la posición dominante en el mercado", pero no una ley antimonopolio.
¿Cuál es la diferencia?
Hay una diferencia primordial: La Ley antimonopólio generalmente trata de evitar los monopolios. La ley de abuso de la posición dominante busca salvaguardar al consumidor una vez que el monopolio existe. Es decir, que en el Perú se puede constituir un monopolio sin ningún problema.
Y existen varios monopolio en el país de servicios considerados de primera necesidad. El que salta a la mente, luego de mi fallida llamada por celular, es el de telecomunicaciones.
Si, Telefónica del Perú y su hermana Telefónica Móviles. Para darnos una idea del nivel de control del mercado, de acuerdo a OSIPTEL, a junio del 2008 Telefónica tiene el 97% de las líneas fijas, el 62% de los celulares, el 96% del tráfico de larga distancia nacional, el 40% del tráfico internacional, el 92% de los teléfonos públicos y el 84% de la televisión pagada (cable y satélite). Desgraciadamente OSIPTEL no tenía información reciente de Internet, pero al 2006 Telefónica controlaba el 91% del acceso a Internet, y es poco probable que esa cifra haya cambiado mucho en el corto plazo.
¿Se le puede llamar a eso posición dominante?
Absolutamente. Una sola empresa controla todas las comunicaciones del País, incluyendo al difusión por medios pagados de televisión.
Sin embargo, todos sufrimos a diario las "llamadas fallidas" en el celular, la intermitencia del servicio de Internet y la mala señal del cable (mi favorito es cuando el audio y el vídeo están fuera de sincronía y parece una película china de Kung Fu doblada al inglés o castellano). Incluso en algún momento llamé a quejarme porque se suspendió el servicio de cable en mi cuadra y la operadora, muy suelta de huesos, me dijo que Osiptel les daba 48 horas para restablecer el servicio. ¡Dos días para restablecer el servicio!
¿Porqué una empresa de servicios se puede dar el lujo de tratar a sus clientes de esta manera?
Muy simple, por que controla el mercado. No hay muchas opciones en ninguno de los mercados en los que opera Telefónica para cambiarse de servicio.
¿Pero no existe un organismo regulador?
Si, OSIPTEL. Pero si uno ve su metodología de trabajo (http://www.osiptel.gob.pe/Index.ASP?T=P&P=2617), se dedica más a la regulación de las concesiones, no a la protección del consumidor. De la protección al consumidor se encarga Indecopi, basándose en la ley de protección al consumidor (DL 716). Desgraciadamente, dicha ley habla más de productos que de servicios, por lo que no es totalmente aplicable a Telefónica. ¡Más aún, para presentar una denuncia formal ante el comité de protección al consumidor de Indecopi, hay que pagar 1% de una UIT!
El tema se vuelve más complejo al tratar de probar el problema del servicio. ¿Cómo le probamos a Indecopi que tuvimos una llamada fallida en nuestro celular? Probar que un producto es defectuoso es fácil, ya que tenemos el producto defectuoso en nuestra posesión, pero, ¿probar un servicio defectuoso?
Para certificar el correcto funcionamiento del servicio sería necesario un organismo regulador que vigile constante los sistemas de la empresa y un mínimo de exigencias técnicas para asegurar el correcto funcionamiento. Por ejemplo, ¿cuantas antenas de celular debe tener la empresa por millar de suscriptores?, ¿Cuál es el ancho de banda mínimo por millar de suscriptores de Internet que debería tener? ¿Se respetan las velocidades contratadas todo el tiempo? ¿Cuál es la intensidad de señal de cable que se considera adecuada?
Para terminar, una anécdota.
Por motivos de trabajo tuve que salir a vivir a Chile, donde el servicio de telefonía celular está algo más desarrollado que en Perú. En ese entonces contraté con Telefónica Móviles de Chile el celular de mi esposa y el mío. Hoy en Perú pago por el servicio de un celular (con minutos similares a los que tenía en Chile) lo mismo que pagaba por los dos celulares que tenía en Chile.
¿Lo hace pensar a uno, no?
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